El pasado mes de mayo se inauguró una espectacular obra de ingeniería en el mundo del petróleo: el oleoducto canadiense Trans Mountain.
Su puesta en marcha es una noticia positiva tanto para Canadá como para Estados Unidos. Sin embargo, en toda historia tiene que existir un perdedor.
En este caso, se trata de un proveedor clave de la OPEP que, tras la inauguración del oleoducto, ha puesto en un aprieto sus exportaciones a EEUU.
La identidad del proveedor de la OPEP
Tras 12 años, 34.000 millones de dólares de inversión y unos 15.000 trabajadores, el polémico oleoducto Trans Mountain ha empezado a funcionar al transportar crudo bituminoso procedente de Canadá a refinerías estadounidenses.
Se trata de una situación incómoda para Irak, productor de la OPEP, que durante años ha exportado petróleo en grandes cantidades a las costas estadounidenses.
Pero ahora, parece que sus días están contados ya que el «petróleo barato» de Canadá ahora podrá estar disponible en mayor cantidad para Estados Unidos.
Veamos la razón. Según datos expuestos por ElEconomista.es, Canadá es un país que produce unos 4 millones de barriles de crudo al día y consume unos dos millones de barriles diarios. En otras palabras, la mitad de su producción está disponible para su exportación.
No obstante, el país se ha enfrentado históricamente a dos importantes obstáculos:
– La dificultad para transportar el crudo de sus zonas productoras, que no tienen salida al mar, hasta las regiones de consumo.
– Su crudo, que se extrae en su mayor parte de las arenas bituminosas, es pesado y extremadamente viscoso. Al tener estas características hace que se venda en el mercado con importantes descuentos.
Reconfigurando el panorama petrolero
De ahí que el oleoducto Trans Mountain resulte elemental, ya que en principio se elimina un obstáculo más de la ecuación.
Y, en efecto, según datos de Bloomberg, el crudo bituminoso «barato» está haciendo que Irak pierda cuota de mercado en EEUU al empezar a fluir hacia los puertos de la costa oeste de Canadá, donde se carga en grandes buques y luego se transporta a las refinerías estadounidenses.
Los datos preliminares de Vortexa son aún más claros. Según la empresa, California y Washington importarán en junio unos 150.000 barriles diarios de crudo canadiense en buques cisterna, siete veces más que los volúmenes medios.
Paralelamente, las importaciones de crudo pesado Basrah de Irak descenderán a sólo 3.587 barriles diarios, frente a los 76.000 de mayo.
Y no sólo eso, según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), las importaciones diarias de crudo iraquí llegaron a superar el millón de barriles diarios en 2001.
Entonces, ¿es esto temporal o es el comienzo de un nuevo capítulo para el mercado del petróleo? Canadá posee las terceras mayores reservas de crudo del mundo, estimadas en 160.000 millones de barriles, por detrás de Venezuela y Arabia Saudí.
La apertura del oleoducto es un plus para la salida de este crudo a los mercados mundiales. Según ElEconomista.es, Trans Mountain puede transportar 590.000 barriles diarios de crudo desde las arenas bituminosas de Canadá hasta Vancouver para su exportación.
Esto representa una gran oportunidad para las refinerías de la costa oeste de Estados Unidos, que de otra forma tendrían que pagar varios dólares más por el barril de crudo iraquí.
El flujo comercial también indica que Estados Unidos seguirá siendo, por ahora, un comprador dominante de petróleo canadiense, aunque el oleoducto permita a los productores acceder a los codiciados mercados asiáticos.
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