Carmen Carrillo
Pena fue lo que dio el evento organizado por los restos de la Causa R y la ONG Vente Venezuela este domingo para recibir a Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición y de María Corina Machado Parisca.
En la plaza Chipia de Los Olivos, en Puerto Ordaz, fue el “simulacro” y si había 400 personas exagero.
Y digo pena porque si lo hubieran hecho en el Colegio de Ingenieros, donde caben 180 personas en la sala de afuera, hubiera quedado mejor.
Habrían podido mentir, norma en ese comando de María Corina, diciendo que la gente llenó el lugar.
Venezolanos había en Austin, Texas en el partido de la Vinotinto contra Jamaica, donde Venezuela aplastó a los caribeños y pasó invicto a los cuartos de la Copa América.
Así deberían ser los eventos de Edmundo y nuestra Madre Teresa, pero bueno, no se puede, en la diáspora apenas votarán 63 mil venezolanos pero la culpa la tiene Maduro.
Esta semana se inicia la campaña electoral presidencial legalmente.
Antes han sido escarceos, tanto del chavismo como de María Corina y su candidato porque los otros ¿dirigentes? De oposición no existen.
Y si alguno intenta actuar sin seguir la línea de nuestra Madre Teresa y su comandito, integrado entre otros por una señora de nombre o de apellido Meda, Maeda; la señora Parisca, madre de María Corina y Mandrake, Carlos Blanco, su cuñado, se desata la furia del infierno y le llueven insultos de ese ejército de inútiles del teclado que dirigen entre otros Alberto Federico y los de Sumate.
En el caso de Andrés Velásquez, Freddy Valera, Raúl Yusef, Rachid Yasbeck, que entre otros recibieron a Edmundo González, el sábado en la noche en el aeropuerto de Puerto Ordaz, la cosa ya pintaba mal.
Allí no había nadie; cuatro gatos, algo penoso para un candidato presidencial “ganador”, según los embustes de María Corina y su comandito.
Claro, seguro fue porque no era ella, la última de su estirpe como dice Daniel Lara Farías en su programa de YouTube.
Mientras en la plaza Chipia se pasaba pena, además porque los oradores competían por ver cuál era peor o más malo, sin ideas, sin nada que decirle a la gente, en los centros electorales habilitados en el estado Bolívar, el chavismo participaba en el simulacro electoral organizado por el CNE para hacer medición de tiempo en máquinas y de posibles errores.
Y por supuesto el Psuv medía la lealtad y aceitaba la maquinaria.
La consigna en el lado de María Corina y de esa oposición era: No asistir a ese simulacro.
¡Santo Dios, cómo se puede vivir con tanta ignorancia junta!
El discurso antipolítica y antipartido que ha llevado adelante María Corina Machado es tan malo que le da pena hasta los que siguen esa teoría en el mundo.
Ella no busca destruir a los partidos políticos, ella busca tapar su ignorancia, su ineptitud, sus mentiras.
Es impresionante como alguien puede cometer tantos errores juntos y aplicar la de Chávez: Huir hacia adelante y creer que los demás son estúpidos y no se dan cuenta.
El 4 de julio, cuando comience la campaña en serio, Edmundo tendrá que decidir si corre o se encarama, mientras María Corina Machado tendrá que salir del juego porque ella no es la candidata. El candidato es un viejecito que le hace la competencia a Joe Biden en el modo de caminar.
Pero qué se va a hacer, es el candidato de la oposición, aceptado por Capriles, Rosales, Borges, entre otros.
Y no vengan con el cuento del 22 de octubre, las primarias misteriosas, puesto que el resultado no se conoció nunca.
Sólo informaron sobre unos números, los representantes de los Notables, grupo de estafadores que siguen creyendo que son los herederos de Felipe II cuando estaba en El Escorial, España y que por eso Venezuela les pertenece.