Un grupo de científicos confirmó la existencia de una cueva en Luna, cercana a donde Neil Armstrong y Buzz Aldrin alunizaron hace más de cinco décadas, pero sopesan que podrían existir muchas más que servirían para albergar a astronautas en un futuro.
El equipo encabezado por investigadores dijo que se tiene evidencia de una cueva «bastante grande y accesible» desde la fosa más profunda que se conoce en el satélite. Está ubicada en el mar de la Tranquilidad. Es decir, a unos 400 kilómetros de donde el Apolo 11 pisó suelo lunar, según los hallazgos publicados en la revista Nature Astronomy,
Así como al menos otras 200 más, la fosa se forma a partir de la desintegración de un tubo de lava.
Los expertos examinaron medidas que tomó el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA. A partir de ello, compararon los resultados con tubos de lava en el planeta Tierra.
Los datos del radar revelaron solo la superficie de la cavidad. Los científicos calcularon que tiene por lo menos 40 metros de ancho y decenas de metros de largo o incluso más.
“Las cuevas lunares han seguido siendo un misterio durante más de 50 años. Por lo tanto, fue emocionante poder demostrar finalmente la existencia de una” resaltaron Leonardo Carrer y Lorenzo Bruzzone, de la Universidad de Trento.
La mayoría de las fosas parecen ubicarse en las viejas planicies de lava de la Luna, dicen los científicos. En ese sentido, teorizan que podrían existir otras en el polo sur del satélite, justo donde la NASA planea alunizar en años venideros. También sugieren que los cráteres podrían contener agua congelada que funcionaría como agua potable y combustible para naves espaciales humanas.
Sumado a esto, el descubrimiento abre la puerta a la posible existencia de cientos de fosas lunas y miles de tubos de lava. Ello podría servir a astronautas como refugio natural, protegiéndolos así de la radiación solar, rayos cósmicos e impactos de micrometeoritos.
El Cooperante