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    FMI rebaja expectativas de crecimiento para América Latina y el Caribe en 2024

    El Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó recientemente una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe en 2024, reduciendo la estimación al 1,9%.

    Según su última actualización de perspectivas económicas, la rebaja se debe principalmente a la contracción fiscal experimentada por Argentina en el último trimestre de 2023.

    El Fondo Monetario Internacional detalla que las previsiones para Latinoamérica y el Caribe siguen por debajo de las proyecciones para mercados emergentes y economías en desarrollo, que se sitúan en el 4,3% para 2024 y 2025.

    El FMI detalla que Brasil y México experimentaron reducciones en las previsiones de crecimiento, aunque se espera que ambos países mantengan su crecimiento económico en 2025. Brasil se estima un crecimiento del 2,4% y México del 1,6%.

    En el caso de Brasil, se proyecta una reconstrucción económica tras las inundaciones, mientras que en México se busca mantener la reducción de la inflación y fortalecer el potencial de crecimiento.

    A pesar de los desafíos, como la desaceleración en los principales socios comerciales y las políticas restrictivas, el FMI se muestra optimista sobre el futuro económico de la región. Se espera una recuperación en Argentina hacia finales de este año, impulsada por una disminución en la inflación.

    Perspectiva mundial

    Según el FMI, el crecimiento mundial proyectado es del 3,2% en 2024 y del 3,3% en 2025. Asegura que la inflación de los servicios lastra la desinflación y complica la normalización de la política monetaria.

    En consecuencia, aumenta el riesgo de una mayor inflación y se perfila un panorama de tasas de interés más altas durante más tiempo en medio de crecientes tensiones comerciales e incertidumbre al alza respecto de las políticas.

    El FMI detalla que el crecimiento durante el primer trimestre, respecto del informe WEO de abril de 2024, sorprendió de forma positiva en muchos países, aunque las sorpresas negativas en Japón y Estados Unidos fueron notables.

    En Estados Unidos, tras un período sostenido de sumo dinamismo, la desaceleración más brusca de lo previsto del crecimiento se debió a la moderación del consumo y a la contribución
    negativa del comercio neto. 

    En Japón, la sorpresa negativa en su crecimiento se debió a las interrupciones temporales de los suministros vinculadas al cierre de una importante fábrica de automóviles en el primer trimestre.

    Por el contrario, en Europa se materializaron los brotes de recuperación económica, impulsada por la mejora en la actividad de servicios.

    En China, el renovado consumo interno empujó el alza positiva en el primer trimestre, con ayuda de lo que pareció ser un aumento temporal de las exportaciones que reaccionaron de forma rezagada al aumento de la demanda mundial del pasado año.

    El Cooperante

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