Este miércoles se inicia el momento de la verdad porque los presidentes y jefes de los partidos políticos y los candidatos presidenciales deberán presentarse ante la Sala Electoral del TSJ a mostrar sus actas.
Para muchos Nicolás Maduro está impugnando el resultado del pasado 28J y es que cuando la gente se quiere hacer la estúpida no tiene que hacer mucho esfuerzo, les sale natural.
En realidad el presidente reelecto está exigiendo al Poder Judicial una verificación de los resultados electorales; por eso la Sala Electoral solicita al CNE las actas con los resultados pero además se lo demanda también a todos los participantes en el pasado proceso del 28J.
Elvis Amoroso, presidente del CNE, ya hizo entrega de lo requerido.
La presidenta de la Sala Electoral, Caryslia Rodríguez informó que se realizará un peritaje por 15 días, prorrogable por quince días más.
La magistrada solicitó también la debida consignación de todos los instrumentos electorales en poder de los partidos políticos y candidatos por eso se procede a citarlos “intuitu personae” a fin de que consignen la información requerida y respondan las preguntas que tenga a bien hacer el órgano judicial.
De acuerdo al cronograma elaborado, este miércoles el primero en presentarse debe ser Manuel Rosales, por UNT; José Luis Cartaya de la MUD; Simón Calzadilla de MVP; Edmundo González Urrutia, aspirante presidencial; Luis Parra, de PJ; Conrado Pérez, de MPJ; Omar Ávila, de UVV; Chaim Bucarán, de Venezuela Unida; José Brito, candidato presidencial; José Bernabé Gutiérrez, de AD; Miguel Salazar, de Copei, Pedro Félix, de Bandera Roja; Carlos Melo, José Contreras y Luis Eduardo Martínez, candidato presidencial.
El jueves acudirán a la Sala Electoral del TSJ, José Goyo Noriega, de VP; José Perdomo, de Apare; Daniel Ceballos, candidato presidencial; Alfonzo Campos, por Espacio Cambio; Javier Bertucci, candidato presidencial; Cristian Chirinos, SPV; Claudio Fermín, candidato presidencial; Eric Ondorroa, de Lápiz, Min Unidad; Timoteo Zambrano, por Cambiemos y AP.
El viernes lo hará Diosdado Cabello, por el Psuv y otros miembros de partidos del Gran Polo Patriótico y Nicolás Maduro, candidato presidencial.
El que no se presente deberá saber que su acción acarreará las sanciones previstas en el ordenamiento jurídico vigente.
Jugada de doble banda
Aquellos que juegan billar o pool saben que hay una jugada de doble banda y eso es un poco lo que el gobierno va a lograr con la actuación de la Sala Electoral.
Porque va a sacar de la discusión electoral a un elemento que no tiene protagonismo en el proceso más allá de ser animadora de barra, es decir, sale de María Corina, ya que ella no es candidata presidencial y de Vente Venezuela que es una asociación civil, no un partido político.
Y segundo, los candidatos presidenciales y partidos políticos tendrán que mostrar las actas que tienen, si es que las tienen, y justificar si no tuvieron testigos en los centros electorales, por eso no tienen actas, cómo gastaron el dinero que recibieron, vía CNE, para el proceso electoral.
Vamos aclarando el panorama
Cuando Maduro se reunió con los corresponsales extranjeros lo primero que les dijo fue, “está bien que no me quieran a mí pero porqué van a meter a un país entero en una guerra. Quién responde por el millón de muertos de Irak, por los 200 mil de Libia, por los de Afganistán”.
Maduro sabía exactamente lo que decía. Y es que el hackeo al CNE es una nueva forma de guerra.
Es decir, es llevar la guerra asimétrica a otro nivel, porque el hackeo ocurrió exactamente en el momento en el que el CNE comenzaba a recibir las trasmisiones de los centros electorales de todos los estados.
El gobierno estuvo pendiente de los centros de suministro eléctrico para que no ocurriera un apagón pero no estuvo igual de pila con lo referido a Internet y a lo tecnológico y por allí, se inició la crisis política en Venezuela.
En cuanto al hackeo, ya se ha determinado que partió de Estados Unidos, es decir, se hizo desde allá y aunque el gobierno dijo que había sido desde Macedonia del Norte, en realidad, sólo asomó uno de los puntos donde rebotó la acción de los hacker para evitar ser descubiertos.
El gobierno también determinó que la página web hecha en Colombia donde presuntamente los tramposos de ese sector de la oposición, (los que tenían un plan desde octubre del año pasado), tiene actas planas, las actas tienen firmas en papel, cuando se firman es en la máquina como cuando se firma en el Banco; muertos que votan y oh sorpresa, Nicolás Maduro aparece como no votó, ¿Qué tal? Es que siempre se les sale lo estúpido vale. Eso es como decir que María Corina no votó por Edmundo González Urrutia.
¿Cómo el gobierno descubre que se hizo desde Estados Unidos? Lo hace por la intervención de expertos en el tema que logran determinar el sitio desde donde partió la acción, pero además porque el Centro Carter, afirma que es “imposible el hackeo de la página web del CNE”.
¿Y es que en el Centro Carter son expertos en el tema? Además se marcharon demasiado apresuradamente de Venezuela, como si supieran todo el lío que venía.
Compren alpargatas
Los políticos de oposición deben haber salido a comprar alpargatas porque tienen que bailar mucho.
Dentro de esa estúpida oposición hay quienes están cansados de que la Madre Teresa venezolana no muestre las actas.
Es más, hay quienes medio molestos ya lo han expresado vía redes sociales como Henrique Salas Feo y dentro del partido PJ, Tomás Guanipa pero la orden es el silencio, no la Omertá.
Hay que recordar que la Omertá es un código de honor y silencio de origen siciliano que prohíbe a los miembros de la mafia informar sobre actividades delictivas que se consideran asuntos de las personas implicadas.
La omertá es una norma no escrita que rige el comportamiento de los miembros de la mafia ante las autoridades, ya sean jueces, políticos o policías, y que les obliga a no cooperar con ellas en ninguna situación.
En el caso de nuestros políticos de oposición, es un problema de falta de esféricas y de desprecio por Venezuela, porque todos saben exactamente qué pasó el 28J y por qué el hackeo y luego la crisis política en la que se encuentra sumido el país.
Es más todos saben que la madre Teresa venezolana no tiene el 73% de las actas como repite incansablemente pero no muestra; si acaso alcanzará el 41% y esa cifra no es exagerada.
Es consecuencia de la malignidad con la que jugó María Corina Machado y la pusilanimidad de nuestra oposición que aceptó todas las órdenes de una persona que en realidad no quiere al país y abusó de la fe de los venezolanos, dentro y fuera.
Además que engaña sin problemas lo que revela cierto descoque mental porque aunque la gente siempre miente, los condicionamientos sociales reducen el margen de mentiras.
Estos lodos traen estos barros
¿Cuál es la malignidad de María Corina? Golpear hasta al infinito a las organizaciones políticas, la MUD entre ellas, despreciarlos, no bajar logística para el día de las elecciones, no respetar la jerarquía en los estados, ir a cada reunión política con una lista de gente a la que había que humillar, despreciar, sacar y exponer al odio, como el chavismo hacía en sus mejores tiempos.
Al final, se pagó toda esa forma de hacer política, por cierto una desviación de la clase media de cualquier país que sólo refleja el desprecio por los demás.
No hubo suficientes testigos de mesas; la gente salió a votar hasta la 1 de la tarde, por lo menos los de oposición, como siempre ha pasado en Venezuela y en la tarde remata el gobierno con su gente; los testigos que resistieron sin comida, sin agua, sin sillas para sentarse, fueron los que firmaron en la máquina las actas.
El gobierno convenientemente creo muchos centros electorales de una mesa y en esos no hubo auditoría porque las auditorías se hacen de dos mesas en adelante.
Y no se hace sobre todos los centros, se hace sobre el 54 por ciento.
En algunos centros electorales del estado Bolívar como San Félix y Unare, esta es hora en que aún no hay un acta porque ¿Quién se iba a meter para Villa Bahía, el Pavo Real, en Colinas, o en Vista Al Sol, o en Pozo Verde; en el Luis Hurtado Higuera o al cañón del diablo, o en Cerro de Mono, en Ciudad Bolívar, o en Los Báez, hasta la hora de la auditoría sin contar con el respaldo de poder salir seguro de allí?
Seguro María Corina no era o Edmundo González tampoco, que no deben tener ni idea dónde quedan esos sectores populares.
Cuando los que estaban detrás del Plan de María Corina se dieron cuenta que no habían ganado, aplicaron la segunda fase: El hackeo.
La tercera fase fue la violencia. Así quemaron sedes policiales, CDI, sedes del Psuv y hostigaron a jefes de calle; amenazaron a jefas del Clap, los hostigaron por teléfono, por redes sociales.
La cuarta fase fue el llamado que hicieron Edmundo González como presunto “presidente electo” y María Corina, la animadora de barras, a los funcionarios de las Fanb y de la policía, ordenándoles que reconozcan a Edmundo González como presidente del país y (que sí pueden pongan preso de una vez a Maduro).
La quinta y sexta fase es la que desarrollan en el exterior, buscando crear un nuevo interinato y exigiendo más sanciones y que se retorne a las que se levantaron.
¿Ignorancia de los venezolanos o estupidez?
Lo peor de todo lo que ocurre en el país, es la ignorancia de los venezolanos, dentro y fuera de las fronteras. ¿O es estupidez?
Es comprensible que después de 25 años gobernando la misma gente haya cansancio y todos queramos ver caras nuevas gestionando a la nación pero no se puede aceptar que quienes vayan a hacerlo usen para ello todo tipo de recurso tramposo y maligno porque entonces no habría mucha diferencia con los que gobiernan y son cuestionados por su falta de amplitud política.
En cuanto al gobierno, además de enfrentar a unos tipos verdaderamente malos, sobre todo los que están fuera asociados con los cubanos de segunda generación que son parlamentarios norteamericanos y con la empresa petrolera Exxon, deben enfrentar a todos los bates quebrados del chavismo, empezando por los hermanos Chávez, las hijas Chávez, el ex yerno de Chávez, los ex ministros, ex alcaldes, ex presidentes de VTV, en fin, todos los perdedores del gobierno.
La cosa no está fácil pero la acción de Nicolás Maduro ante el TSJ fue magistral. Con ello va a ubicar a un gentío que ya no podrá tirar más fiaos.
Si María Corina no sufriera de la enfermedad que una vez dictaminó Gonzalo Barrios tenía mi presidente favorito Carlos Andrés Pérez, un exceso de falta de humildad, ella habría acudido ante el TSJ a impugnar el proceso electoral, presentando sus actas.
Pero en verdad, esa nunca fue la jugada porque eso implica trabajar y hacer las cosas bien, y ese es otro de los síntomas de la enfermedad esa de un exceso de falta de humildad.
Carmen Carrillo
