Carmen Carrillo
Juan Carlos Delpino, rector del CNE apareció. Nadie sabía que estaba perdido. Se manifestó desde Panamá, a pesar de que nadie lo buscaba ni parece tener problemas con la justicia.
Desde el comando de María Corina Machado preparaban la declaración de este rector como acción artera para definitivamente, según ellos, destruir para siempre a Nicolás Maduro y las elecciones del 28 de julio de este año.
Sólo que o Juan Carlos Delpino no es tan inteligente como creyeron muchos, sobre todo en el comando de Edmundo González, o Delpino es infinitamente más inteligente de lo que parece.
Como lo conozco me inclino por esto último. Juan Carlos es hijo de Juan José Delpino, el último representante genuino del sindicalismo en Venezuela, en tiempos de la IV.
Después de él, llegó el bagazo. A estos sindicalistas les pasó lo mismo que a los partidos políticos: se desgastaron de tanto repetirse.
A través de una carta o comunicado de dos páginas, el rector Delpino fija posición.
Si no se analiza con cuidado, se puede pensar que Juan Carlos podría pasar por estúpido o por cobarde. Repito, como lo conozco, no lo creo.
Me parece que el tipo huyó hacia adelante tanto con el gobierno como con la oposición. El rector Delpino dice algunas “perlitas” en ese comunicado.
Primero que la oposición no tenía testigos en el 42% de las mesas.
Segundo, siendo Delpino rector electoral, ya en el primer punto dice que según EXPERTOS en proyecciones. Un rector serio no hace eso. Puede pensarlo pero no decirlo y menos escribirlo.
Tercero, el rector Delpino nunca subió a la sala de totalización, sitio sumamente importante donde los cinco rectores, dos de la oposición y tres del gobierno, ingresan para verificar los resultados.
Delpino nunca lo hizo, dicho por él mismo. Por lo tanto “carece de la veracidad de cualquier evidencia del boletín emitido y de cualquier otra evidencia”. Eso es lo que se denomina en términos malandréricos, “tronco de chinazo”.
Cuarto, el rector Delpino insiste en la tesis de “que según expertos, la participación era de un 65% a las 5 de la tarde”. Eso significa que Delpino habla de un “exitpoll”.
Lo extraño es que siendo él un experto y RECTOR PRINCIPAL, con más de 20 años de experiencias en actividades electorales, no sepa que las máquinas todas tienen un contador de votantes y que cada hora los coordinadores de las máquina vía mensajes pasan ese resultado, por lo tanto hay que repetir que es extraño que él no sepa eso.
Quinto, el rector Delpino, no sólo carece de evidencias al no subir a la sala de totalización como él mismo afirma, por lo tanto no tiene ninguna prueba al no estar presente y más raro aún no quiso entrar a la sala de totalización. ¿Por qué? Eso se presta a muchas cosas externas
Sexto, extrañamente el rector Juan Carlos Delpino dice en su escrito que “según la tradición no se publicaron los resultados mesa por mesa”, cuando nunca en las siguientes 48 horas se hace eso, se da un primer boletín y en los 30 días siguientes el CNE publica los resultados de estado por estado, de municipio por municipio y de mesa por mesa. Así lo señalan los artículos 116 y 125 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Séptimo, el rector Delpino, en cuanto el recurso interpuesto ante el TSJ “él considera que la resolución del conflicto debería hacerla el CNE”, es decir, EL CONSIDERA, no es que está establecido.
Hay que suponer que el rector Delpino sabe que el CNE no tiene un departamento de Resolución de Conflictos según la LOPRE y la Constitución porque para eso está la SALA ELECTORAL del TSJ.
El rector Delpino parece que no sabe que el CNE no está facultado para resolver reclamaciones jurídicas, solo está para presentar cualquier prueba que le soliciten desde el TSJ.
Octavo, ante el desalojo de testigos de la oposición de las mesas el rector Delpino, según su comunicado a las 9 de la noche “decidió no asistir a la sala de totalización y por lo tanto no tiene evidencia de lo que pasó”.
La pregunta lógica es: ¿Por qué él no informó al país o por qué no DENUNCIÓ públicamente a las 7 de la noche lo que estaba pasando en las mesas? ¿Por qué esperó hasta ahora? ¿Por qué no denunció públicamente que no asistiría a la sala de totalización? ¿Por qué no habló a las 6 de la tarde que había problemas? ¿Por qué no habló y así evitaría el primer boletín? ¿Dónde se metió entre las 6 de la tarde y las 10 de la noche?
Noveno, cuando el rector Delpino dice que “ante la falta de transmisión del código QR a los comandos”, significaba que él estaba en el comando de Vente Venezuela y no en el CNE según su explicación,
Décimo, el rector Delpino admite olímpicamente que la oposición no tenía testigos y por eso no tienen las actas, ya que el ahí refiere que fueron sacados a la fuerza los testigos y además habla que en una gran mayoría de centros pasó eso y que por eso las elecciones carecen de legitimidad. Ajá. Podríamos repetir las preguntas anteriores.
Décimo primero, el rector Delpino habla mucho del desalojo de testigos, en 3 ó 4 puntos, eso significa que pareciera que está tratando de ocultar la falla de Súmate en el padrón electoral.
Lo que sí es seguro es que fueron muchos pero muchos más los testigos de oposición que abandonaron los Centros de Votación por falta de logística, por que Súmate nunca dijo quiénes eran, ¿Por qué no existían? ¿Por qué no se presentaron? Así que a los que desalojaron fue a una minoría pírrica, si es que eso llegó a ocurrir, que francamente con la cantidad de mentiras que ha dicho doña María Corina, ya uno no sabe qué es verdad y qué no lo es, además de que Delpino en realidad no ayuda mucho.
Décimo segundo, en cuanto a la acreditación de testigos, el rector Delpino hizo una cantinflada mayor. Lo que demuestra que el rector Delpino pertenecía al equipo electoral de SÚMATE, pero el Psuv no puede tener rectores porque la oposición exige pureza total pero ellos si pueden tener a su rector.
El rector Delpino sabe que quien se enredó en la acreditación de testigos fue SÚMATE y eso no es embuste eso está súper claro; al punto que Súmate colapsó el sistema dos veces; la primera vez porque entregó códigos a todos sus jefes de Vente Venezuela y la segunda porque quiso horas antes y durante de las elecciones, entregar códigos a testigos electorales de los otros partidos que respaldaban a Edmundo.
Por eso es que Cartaya, Calzadilla y Rosales declaran en el TSJ, cuando fueron citados, que ellos no tenían actas ni participaron en la cadena de custodia del proceso electoral.
Lo que no dijeron, seguramente por vergüenza o por razones crematísticas es que tuvieron muy pocos, poquísimos testigos.
Al final se podría concluir que el rector Delpino no ayudó al candidato Edmundo González por eso el doncito desacató por segunda vez la citación que le han hecho, esta vez de la Fiscalía porque tampoco se presentó ante el TSJ.
Qué va a decir un ser humano que se suponía era hombre de confianza de Manuel Rosales y Omar Barboza y empleado de Julio Borges y terminó creyendo el canto de Sirenas que María Corina le vendió, usando para ello a la esposa y a la hija de Edmundo González, pues estas dos damas, en verdad se creen el cuento que Edmundo González es presidente de Venezuela.
Otra cosa importante, no sólo el rector Delpino no está salvando al candidato, es que no ayuda a la Plataforma Unitaria.
Sólo está ayudando a los tramposos y mentirosos de SÚMATE y a María Corina Machado, lo que significa que ambos, MCM y SÚMATE recibieron financiamiento externo y eso es lo que deben justificar.
Creo, conociendo a Delpino que el tipo aplicó un “pisa y corre” tanto con el gobierno, por eso no subió a la sala de totalización y con María Corina Machado, por eso se fue del país.
Juan Carlos Delpino se fue del país por Colombia, sin problemas, sin inconvenientes. Allá lo esperaba en el propio aeropuerto, un importante empresario colombiano que no sólo lo recibió sino que lo alojó en su casa y luego lo llevó a hablar con el representante de los Estados Unidos, a quien seguramente le exigió, (todo es mi imaginación, aunque tiene cierta lógica) que lo apoyaran (ustedes entienden) y lo sacaran a Panamá, cosa que ocurrió, pues desde allá es que este ciudadano habla y manda su carta.
Estoy absolutamente segura que hay un poco de súper enfadados, para no usar la palabra que va, por respeto, entre esos los gringos por el engaño del RECTOR PRINCIPAL JUAN CARLOS DELPINO.
Se dan cuenta que no es estúpido ni cobarde. Delpino actuó como El Sastre de Panamá. Busquen la película y entenderán.
Lo que sí es cierto es que cada día que pasa a María Corina se le acaban las mentiras.
Primero fue Delpino y su carta y ahora parece ser Eugenio Martínez, periodista y experto electoral, quien trata de tapar la “barrabasada” del RECTOR PRINCIPAL JUAN CARLOS DELPINO. Para ello usa una Ley del 2013, no la que corresponde con este proceso electoral que sólo tiene 63 páginas y 185 artículos.
Es terrible ver cómo un grupo de personas es capaz de cualquier cosa para salir de un gobierno, de ocurrir a la mentira y de engañar a tantos tontos venezolanos que se creen el cuento de que la oposición ganó.
Mentira que por cierto repiten los generales de la derrota, como Capriles, Ledezma, Leopoldo López, quienes a su vez engañan hasta a presidentes de otras naciones.
No les da ni pena ni vergüenza, bueno cuando nos engañan a nosotros los venezolanos, de adentro y de afuera, que claro que queríamos un nuevo gobierno, pero como hicieron todo mal, porque todos deben haber sido pésimos alumnos, seguramente sus padres les hacían las tareas o les pagaban a alguien para que les hicieran los trabajos, nunca han sabido lo que es ser responsables y decentes. ¡Qué vaina no!