El Gobierno de Estados Unidos prohibió este miércoles la entrada al país al expresidente de Ecuador, Rafael Correa, y al exvicepresidente Jorge Glas, a quienes se les señala por su implicación en «actos de corrupción» durante sus respectivas administraciones.
La noticia fue dada a conocer por Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado en su perfil de X. Según Miller, tanto Correa como Glas no podrán ingresar a EE.UU. debido a su involucramiento en «significativos actos de corrupción» a lo largo de sus mandatos en Ecuador.
La administración del presidente Joe Biden indicó que esta decisión demuestra el compromiso de Estados Unidos de «promover la responsabilidad de los actores corruptos». Además, Miller señaló en un comunicado que los exfuncionarios «abusaron de sus posiciones, aceptando sobornos a cambio de la concesión de contratos gubernamentales favorables».
Miller también subrayó el compromiso de Estados Unidos de apoyar a todos los ecuatorianos que luchan por aumentar la transparencia y exigir responsabilidad a aquellos funcionarios públicos que incurren en corrupción.
Tras esta decisión, Rafael Correa respondió en sus redes sociales, sugiriendo varias hipótesis sobre esta nueva determinación de Estados Unidos, entre ellas: una posible «retaliación por lo relacionado con Julian Assange», un intento de «distracción del desastre del Gobierno de Noboa en su peor momento», y el involucramiento en la «campaña electoral ecuatoriana».
Asimismo, en otro mensaje subrayó que «nadie en el mundo ha aceptado la sentencia por ‘influjo psíquico’ y cinco países han otorgado asilo político a los involucrados en el Caso Sobornos». En su mensaje, también mencionó que han involucrado a su familia y añadió: «¡No hay derecho!».
El caso
Rafael Correa, quien lideró Ecuador del 2007 al 2017, ha estado viviendo en Bélgica desde el término de su mandato, país que le otorgó asilo político en 2022, lo que le ha permitido eludir la prisión en Ecuador. A pesar de esto, Correa enfrenta una condena de ocho años de cárcel e inhabilitación por su implicación en el caso conocido como ‘Sobornos 2012-2016’.
Por su parte, Jorge Glas, quien desempeñó un papel destacado en el gobierno de Correa, fue arrestado el 5 de abril durante un operativo de las fuerzas de seguridad ecuatorianas en la embajada mexicana en Quito, lugar donde había solicitado asilo.
En ese momento, Glas estaba sujeto a una orden de captura y prisión preventiva relacionada con presuntos actos de peculado en proyectos de reconstrucción tras el devastador terremoto de 2016.
El pasado mes de julio, un juez de Ecuador denegó un recurso de habeas corpus solicitado por los abogados de Jorge Glas para que cumpliese bajo arresto domiciliario en la vivienda de su madre la pena de ocho años de cárcel que continúa purgando.
Durante la audiencia, Glas adujo ser víctima de condiciones de reclusión inapropiadas, entre las que mencionó haberse despertado en varias ocasiones con ratas en la cama.
Al ex vicepresidente lo tienen recluido en La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, desde su detención en el asalto policial acontecido el 5 de abril a la Embajada de México en Quito para cumplir con una orden en su contra y como respuesta al asilo diplomático que le había otorgado el Gobierno del expresidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
El Cooperante