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    Oriente Medio espera el regreso del Trump, el «negociador»

    Mientras Israel y Egipto, aliados de larga duración de Estados Unidos, han celebrado el próximo regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Catar, Irán y otros miembros del llamado «eje de la resistencia», liderado por Irán, han transmitido de forma diplomática su «indiferencia política».

    Por su parte, hay observadores que no dudan de que Trump está dispuesto a seguir adelante con su particular forma de manejar las políticas en Oriente Medio.

    «A Trump le gusta presentarse a sí mismo como un negociador», dice a DW Neil Quilliam, especialista en Oriente Medio y Norte de África del think tank Chatham House, con sede en Londres. «Querrá continuar desde el punto donde lo dejó», conjetura.

    En opinión de Quilliam, Trump tiene tres grandes planes políticos para Oriente Medio. En primer lugar, se centrará en poner fin a los conflictos de Israel con Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano.

    Pero es muy probable que el fin de la guerra en Gaza, el establecimiento de una futura administración en la Franja y la posible creación de un Estado palestino estén entrelazados con la segunda visión de Trump para Oriente Medio.

    «Trump querrá insuflar nueva vida a los Acuerdos de Abraham y aumentar el número de Estados que normalicen sus lazos con Israel», destaca Quilliam. El experto añade que «Arabia Saudí es su principal objetivo, pero Riad se resistirá, a menos que Trump se comprometa con un proyecto a largo plazo de creación de un Estado palestino».

    Los Acuerdos de Abraham fueron negociados por Estados Unidos entre los países árabes e Israel. Se iniciaron durante el primer mandato de Trump.

    En 2020 y 2021, Israel normalizó sus lazos diplomáticos con Marruecos, Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Sudán. También Arabia Saudí iba de camino a normalizar relaciones con Israel en 2023.

    Sin embargo, estas conversaciones se estancaron cuando el grupo terrorista Hamás perpetró los mortíferos atentados contra Israel, el 7 de octubre de 2023, que desencadenaron la guerra en Gaza y, un año después, el conflicto con Hezbolá en Líbano.

    Burcu Ozcelik, experto en análisis de riesgos geopolíticos y seguridad en Oriente Medio del Royal United Services Institute, con sede en Londres, subraya que, aunque Trump tratará de proyectar el poder estadounidense y demostrar su distintiva «ventaja» como negociador, «es muy probable que esto le resulte más difícil ahora en el Oriente Medio posterior al 7 de octubre».

    A «muchos árabes del Golfo» les gusta la personalidad de Trump

    La guerra en Gaza y las miles de muertes de civiles palestinos y libaneses en las campañas militares israelíes en curso -que la mayoría de los ciudadanos del Golfo consideran apoyadas por la administración saliente de Biden- «han enfriado el entusiasmo por EE. UU. en los Emiratos Árabes Unidos», señaló, por su parte, Kristin Smith Diwan, académica residente sénior en The Arab Gulf States Institute en Washington, en un comentario publicado a principios de esta semana.

    Mientras que muchos en los EAU apoyaron la victoria del Partido Republicano de Trump en 2016, en 2024 «la reacción popular en el Golfo es similar a la indiferencia», escribió Smith Diwan. En su opinión, empero, es posible que la personalidad de Trump cambie las tornas cuando regrese a la Casa Blanca en enero.

    «La popularidad de Trump entre muchos árabes del Golfo se debe no sólo a su política exterior, sino también a su personalidad: su proyección de fuerza y su voluntad de ‘decir las cosas como son'», escribió.

    Por su parte, Ashraf El-Ashari, un analista político egipcio de Oriente Medio, dice a DW que espera «presenciar más prosperidad entre Trump y países árabes como Egipto, Arabia Saudí, Emiratos y Jordania, debido a la química política entre Trump y los gobernantes árabes».

    ¿Cómo tratará Trump a Irán?

    Sin embargo, por el momento, esta «química política» no se extiende al enemigo regional de Estados Unidos, Irán, ni tampoco a las facciones del «Eje de la Resistencia» respaldadas por Irán, que incluyen a Hamás en Gaza, Hezbolá en Líbano, los hutíes de Yemen y los grupos chiíes en Irak.

    «Trump ha adoptado una línea dura contra los grupos armados respaldados por Irán y, probablemente, amenazará con un alto costo si el personal o los intereses estadounidenses en la región son atacados», destaca Ozcelik. Pero el experto no cree que Trump se incline por arrastrar a EE. UU. a una confrontación directa con Irán, incluso si el enfrentamiento militar entre Israel e Irán se intensificara.

    Además, según Quilliam, experto de Chatham House, cerrar un acuerdo con Irán es el tercer gran objetivo político de Trump. «Para ello, Trump presionará al máximo, sabiendo que Irán está debilitado en la actualidad, y que el espectro de un ataque israelí importante contra su liderazgo y su programa nuclear lo hará más flexible y dispuesto a llegar a un gran acuerdo», explica.

    Ozcelik concuerda con la opinión de Quilliam. «Los republicanos son más proclives a utilizar la fuerza, incluido el apoyo a ataques militares israelíes contra objetivos iraníes sensibles, como instalaciones nucleares o infraestructuras energéticas», dice.

    Sin embargo, también cree que Trump puede considerar la posibilidad de entablar «conversaciones con Teherán para promover la desescalada, con el fin de presentarse como la persona que ha conseguido lo impensable, algo que ningún presidente estadounidense ha hecho: lograr la paz en Oriente Medio.»

    Mohamed Farhan contribuyó en este artículo. (ms/cp)/DW Actualidad

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