Ciudad Guayana escribe un nuevo capítulo en su historia cultural con la inauguración de la Sala de Arte Manresa, un espacio dedicado a la preservación y promoción de la riqueza artística y cultural de la región.
Ubicada en el Colegio Loyola Gumilla, esta sala será el hogar de la exposición “Los Hijos de la Luna”, una obra emblemática de la artista venezolana Ana Rosa Angarita Trujillo, que invita a sumergirse en las leyendas y mitos de los Sanemá-Yanoama, una de las comunidades indígenas más fascinantes del país.
Este esfuerzo es el resultado de una alianza entre el Centro Cultural Gumilla y Grupo Helitac, empresa líder en diagnóstico por imágenes y tratamientos oncológicos en el oriente del país, cuyo compromiso trasciende la salud para convertirse en un pilar del rescate cultural.
“El soporte de la empresa privada no solo está asociado a lo deportivo; también queremos rescatar la parte cultural, que ha sido tan descuidada en el estado Bolívar”, expresó el presidente ejecutivo de Grupo Helitac, Manuel Yanes.
Un proyecto de largo aliento
La exposición estará abierta al público hasta julio de 2025, en el horario de lunes a viernes de 9:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., con el objetivo de convertirse en un referente educativo y cultural en la región.
“La idea es darle mayor difusión, traer a las escuelas, al sector público, a todo el que se interese sobre esta obra”, comentó Yánez. La muestra no solo representa un homenaje a los Sanemá-Yanoama, sino que también resalta los procesos creativos de Angarita Trujillo, quien combina la pintura y la literatura en un trabajo profundamente investigativo.
Parte de las piezas exhibidas forman parte del libro “Sumergiéndonos en el alma de los Sanemá-Yanoama”, publicado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Este libro recoge historias ancestrales como la creación del sol, el río Orinoco y el origen del hombre, narradas con la meticulosidad de quien ha convivido con estas comunidades y conoce su esencia.
Ana Rosa Angarita Trujillo: Arte como herramienta de transformación
Angarita Trujillo no solo es reconocida por su habilidad técnica y sensibilidad artística, sino también por su versatilidad y compromiso social.
“Ella tiene varias etapas que ha ido desarrollando. En esta en particular, se trabaja con mitos y leyendas indígenas, pero también ha abordado temas como el maltrato infantil y la preservación ecológica”, destacó.
En una etapa previa de su carrera, la artista realizó obras basadas en desechos recolectados en el Parque Cachamay, mostrando cómo el arte puede nacer incluso de lo que otros consideran residuos.
También ha trabajado con petroglifos del Guri y con temáticas relacionadas con el desarrollo urbano de Ciudad Guayana, consolidándose como una cronista visual de su entorno.
Un espacio para la comunidad
La Sala de Arte Manresa, ubicada en la antigua Sala de Posgrado de la UCAB dentro del Colegio Loyola, se presenta como un lugar diseñado para trascender las paredes de una galería convencional.
“Lo que queremos es que los colegios visiten la sala, que sea parte de su actividad, que se promueva entre los jóvenes una experiencia de aprendizaje distinta”, agregó Yanes.
Grupo Helitac no solo ha sido un apoyo financiero para la adecuación del espacio, sino que también se ha propuesto revitalizar la vida cultural de la ciudad.
“Es una forma muy bonita de rescatar los espacios culturales en Ciudad Guayana, que son muy escasos, y qué mejor que hacerlo con la UCAB, para conectarnos con nuestras raíces”, subrayó.
La unión del arte y la salud
El vínculo entre Grupo Helitac y Ana Rosa Angarita Trujillo no es nuevo. Desde hace años, la empresa ha utilizado sus obras como obsequios corporativos, valorando el impacto del arte en sus relaciones laborales.
“Regalábamos arte, y eso fue bastante acogido, sobre todo con el grupo médico y asegurador con el que trabajamos”, recordó Manuel.
Con esta exposición, Grupo Helitac reafirma su propósito de actuar como un puente entre la salud, el arte y la comunidad. En un contexto donde las iniciativas culturales escasean, “Los Hijos de la Luna” emerge como un recordatorio de que, a través del arte, es posible rescatar y honrar la memoria colectiva de un país.
La Sala de Arte Manresa no solo será un refugio para la obra de Angarita Trujillo, sino también un lugar de encuentro para quienes buscan conocer y valorar las raíces que nos conectan como venezolanos.
Prensa Grupo Helitac