Carmen Carrillo
Estados Unidos tiene a Hollywood y la India a Bollywood. Venezuela tiene a Vellywood porque toda la dirigencia política nuestra, del gobierno y de la oposición, le encanta una pantalla, una actuación.
Y pensar que Hugo Rafael Chávez Frías fue presidente porque lo rechazaron en Sábado Sensacional. De la que nos hubiéramos salvado como país. Pero no. Eso no pasó.
En tiempos de la IV República, los negritos preguntaban ¿Quién se llevó mi leche? Y los niños blancos, ojos claros, comían compota Gerber o Heinz.
Razón tiene Diosdado Cabello cuando en su programa El Mazo Dando, dice que él no tendría cómo trabajar si no existiera la actual oposición.
¡Qué terrible que un tipo absolutamente antitelevisión, sea “tan bueno” frente a la pantalla chica! Eso se lo debemos a nuestros insignes opositores.
Este jueves tuvimos un sitcom como dirían en Gringolandia de eso, de la pantalla, de la actuación. La serie se llama “El motorizado de María Corina”.
Afuera los llamados influencers tienen los videos de cuando la Santa y reina de la esperanza, genuina representante de la inútil godarria caraqueña, María Corina Machado, sale de la calle Hélice de Chacao, después de aparecer brevemente a recitar una sarta de sandeces sin hilación ni contenido.
Ella realmente conjuga todo lo que no se debe hacer en política (como cuando Mario Vargas Llosa fue candidato en Perú y le ganó un chino en un tractor).
Arranca en una moto donde el conductor está vestido de negro cerrado, como ella, y desaparecen. Hasta que los volvemos a encontrar pero esta vez la lleva un motorizado sin chaqueta y casco negro, pero con una franela color Psuv. Ella lleva su chaqueta negra. La que está usando desde que “se encuentra en la clandestinidad”.
Ese es el momento en el que el Policía Nacional Bolivariano le dice que se abra el casco para que se vea que es ella y que no tiene ningún daño. Allí en el video que tienen afuera se observa cuando el motorizado nunca se deja ver la cara, mientras que a ella, la filman con un celular.
Este lunes, esos sabuesos de la Policía Nacional Bolivariana, que nunca logran atrapar a un malandro, llegan hasta la puerta del lugar donde se “oculta” el motorizado de María Corina, quien por momentos hace que nos acordemos del gordo de la franela rosada que el 27 de Noviembre de 1992 hablaba por VTV.
Desde afuera unos sujetos portando armas largas de alto calibre, tocan la puerta y el gordito pregunta desde adentro ¿Quién es? Y desde afuera le responden: -La policía.
Y el gordito vuelve a preguntar: ¿Qué policía? (Como si en Venezuela hubiera muchas) y desde afuera le responden: -La policía Nacional Bolivariana.
El gordito de la franela roja abre la puerta. En esta ocasión está sin camisa pero lleva una trusa o bermudas con la bandera de los Estados Unidos, (qué casualidad, la bandera de EEUU) y colocada convenientemente sobre la mesa está la franela roja que portaba el día que el PNB filma a María Corina Machado, como para que no le quede dudas a nadie que es ese el tipo: El motorizado de María Corina.
El gordito de este sitcom se coloca contra la pared con los brazos levantados, sin que nadie se lo pida o le diga algo; seguramente quedó impactado por el despliegue policial. Y allí termina este capítulo de la serie.
Ella no es político, ella es un producto
Es lógico que a María Corina Machado le pase el cuento del gordito de la franela roja, quién además por cierto, se quedó con la cartera azul de la dama (no se le cayó en la calle).
El gordito atinó a decir ante los policías que él, por instrucciones de ella, estaba en resguardo. Santo Dios.
María Corina Machado sabe de política lo que yo de alemán, o sea, nada.
Ella nunca fue siquiera delegado de curso, o la semanera. Mucho menos representante estudiantil, por lo tanto ella no sabe lo que es representar a otro o a otros.
Ella siempre fue la heredera, hasta que pasó a ser la patrona. Quienes construyeron esa candidatura aplicaron todas las reglas del Marketing, que para y qué hacerlo más técnico, lo llaman Marketing político.
Marketing es venta, así que al final ella era un producto político. Citando a un experto político, de verdad, la Coca Cola es un producto que gasta millones en marketing pero eso no significa que la Coca Cola pueda ser presidente de un país.
Así llevaron la campaña de María Corina Machado, por eso la oposición no tuvo mucho margen de maniobra porque cuando el producto sufre algún daño hay que sacarlo del mercado. Y a ella le pasó eso.
Como María Corina sabe de política lo que yo de alemán, repito, nada, el gobierno la infiltró completamente. El motorizado es sólo un ejemplo.
En ese Think Tank que era el comando de la dama nadie sabía de política por lo tanto nunca pensaron en términos de escenarios, que es cómo piensan los políticos.
Allí se pensaba en términos de producto y claro María Corina era el “producto”, los demás eran puro bachiche.
Unos ignorantes metieron al país en un barranco, estafaron a la gente que salió solita a derrotar al gobierno y lo hizo, pero en los 30020 centros electorales no hubo nadie para cuidar esa voluntad y se terminó imponiendo la tesis largamente pulida por AD: Acta mata votos.
El mundo entero tiene actas de las elecciones del 27J pero donde deben estar es decir en el CNE, y en el TSJ, solicitando repetición de elecciones por inconsistencia numérica, no están.
Edmundo no fue al CNE ni al TSJ y el comando de genios de María Corina tampoco hizo nada para proteger el voto de los venezolanos que en verdad estamos cansados de ver las mismas caras hace 25 años.
El gobierno sí hizo el trabajo. En los 30020 centros electorales “cocinaron” los votos pero no hay como probarlo porque los estúpidos del comando de María Corina y la candidata repetían: “La gente sale a votar sola y se queda en el Centro para el conteo”, recurso harto conocido por los habitantes del estado Bolívar, pues en la Causa R que ya podemos llamarla la Causa Risa, siempre decían lo mismo y siempre perdían por lo mismo.
¿Cómo queda la oposición de siempre?
En este sitcom ahora hay que pensar qué hacer con quienes tienen el papel de “relleno”, es decir de quienes ocupan unos minutos para extender la trama.
Supongo yo que ese es el papel que le tocó a la oposición dentro del país: A Manuel Rosales, a Henrique Capriles; a los hermanos Guanipa, Tomás y Juan (Entre estos dos debe estar nuestro próximo producto político); a Omar Barboza; a Freddy Superlano; a Elsa Solorzano; a César Pérez Vivas; a Enrique Márquez; y así a todos los políticos de oposición en los estados de Venezuela.
Todos decían a viva voz que “María Corina era la líder indiscutible”, Santo Dios, que vergüenza que todos esos “rellenos” puedan creer que son nuestros representantes.
Los asesores de María Corina, al aplicar las técnicas del Marketing decidieron hacer como en la guerra de los refrescos en Venezuela, cuando los Cisneros, dueños de la Pepsicola, para sacar del mercado a la Dumbo o a la fanta o a otra empresa cuyo nombre no logró recordar, les destruían los camiones y las botellas y al final los quebraron y los hicieron irse, quedando ellos solitos en el patio.
Bueno, eso hizo María Corina. Con el dedo enhiesto señaló a cada uno de estos próceres, exhibiendo sus cables pelados y errores; si para ello debía usar el recurso de la extorsión, lo ponía en práctica y los fue dejando encunetados a todos, quienes sin embargo, y a pesar de ello, repetían como en un acto de hipnotismo, “María Corina es la líder indiscutible”.
Y ella se lo creía, que era la peor parte, para el país y para los que votaron por su “gallo tapado”, el diplomático de carrera Edmundo González, quien en serio se creyó su papel, que él era el candidato presidencial ganador y por ende el “presidente”.
Se le regalaron seis años más al chavismo
Yo no me atrevo a decir que María Corina Machado tiene algún tipo de problema mental; lo puedo pensar porque mis pensamientos son míos pero todo parece indicar que hay algún corte técnico mental que desconecta la cordura en la dama y por momentos la deja medio desenchufada.
Gracias a esa conducta y a la cobardía de nuestra oposición, que nunca tuvo los arrestos para ponerle un parao a la “voz de la esperanza”, el chavismo se ganó seis años más de gobierno.
Hubo una estafa seguida y continuada de la señora María Corina y una falta de esféricas de nuestros próceres de oposición.
Manuel Rosales, por ejemplo, perdió la oportunidad de ser presidente pero es que la presión de la mujer de ir a Estados Unidos a comprar chucherías cada vez que le dan ganas y ante la amenaza que le hacía María Corina, que los gringos le iban a quitar la visa, lo hizo retroceder y dejar la suerte de los venezolanos en manos de una señora un poco desatornillada.
Y así podría continuar poniendo ejemplos de por qué quienes se dicen de oposición y que luchan por Venezuela no hicieron nada para pararle el carro a una dama un poquito mal de la torreta, para no ofenderla pero en el fondo creo que todos pensamos lo mismo.
La lógica indica que ninguno de estos sujetos se debe postular más nunca ni para tizero de salón porque “lloraron como mujeres lo que no supieron defender como hombres”.