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    ¿Por qué Donald Trump quiere comprar Groenlandia?

    Donald Trump ha dicho que quiere que Estados Unidos adquiera Groenlandia. El presidente electo afirma que este paso es «absolutamente necesario para el interés de la seguridad nacional y la libertad en el mundo».

    Cuando anunció su interés en comprar Groenlandia a Dinamarca durante su primer mandato, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, pensó que era simplemente absurdo. El asunto parecía zanjado.

    Ahora, incluso antes de jurar su cargo, Trump no descarta incluso usar la presión económica o militar para poner a Groenlandia bajo control estadounidense.

    El territorio forma parte geográficamente de Norteamérica, pero políticamente es de Europa. Varios jefes de gobierno europeos han expresado su horror ante la idea de que el miembro más fuerte de la OTAN pueda anexionarse por la fuerza el territorio de un socio de la alianza, del mismo modo que el presidente ruso Vladimir Putin se ha apoderado de zonas de Ucrania.

    El canciller alemán, Olaf Scholz, trazó este paralelismo sin mencionar a Trump por su nombre. «El principio de inviolabilidad de las fronteras se aplica a todos los países, independientemente de si se encuentran al este o al oeste de nosotros», dijo.

    Moscú intentó rápidamente utilizar la amenaza de Trump para justificar sus propias acciones en Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, sugirió consultar a la población de Groenlandia sobre lo que querían, señalando los referendos -ampliamente vistos como farsas- celebrados en regiones del este de Ucrania que Moscú se ha anexionado.

    Esta vez, la respuesta de la primera ministra danesa fue sorprendentemente apaciguadora. 

    «Necesitamos una cooperación muy estrecha con los estadounidenses. Estados Unidos es nuestro aliado más cercano», declaró.

    Según su oficina, desde entonces mantuvo una larga conversación telefónica sobre Groenlandia con el próximo presidente de Estados Unidos.

    No queremos ser daneses. No queremos ser estadounidenses

    ¿Cuáles son los motivos de Trump? Ulrik Pram Gad, del Instituto Danés de Estudios Internacionales de Copenhague, dijo a DW que los movimientos del presidente electo están en consonancia con la llamada Doctrina Monroe que se remonta al siglo XIX: «Estados Unidos no permitirá que ninguna potencia hostil se asiente en el continente americano. Por eso quieren asegurarse de que ningún chino o ruso tenga instalaciones en Groenlandia».

    Frederiksen ha dicho en repetidas ocasiones que son los groenlandeses quienes deben decidir el futuro de Groenlandia y no Copenhague.

    Los vínculos entre Dinamarca y Groenlandia existen desde hace cientos de años. Groenlandia fue colonia danesa hasta 1953 y ahora es un territorio autónomo del Reino de Dinamarca.

    Desde 2009, la isla tiene derecho a declararse independiente en referéndum. Sin embargo, la isla y sus 57.000 habitantes dependen en gran medida de los fondos estatales daneses.

    El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, está a favor de la independencia, pero no quiere que Groenlandia pase a depender posteriormente de otro Estado.

    «No queremos ser daneses. No queremos ser estadounidenses. Queremos ser groenlandeses, por supuesto», dijo una vez en presencia de Frederiksen.

    Navegación sin hielo debido al cambio climático

    Los recursos de Groenlandia son una de las principales razones por las que interesa a otros países. Por ejemplo, petróleo, gas y tierras raras, necesarios para fabricar autmóviles eléctricos y turbinas eólicas, entre otras cosas. Actualmente, China casi tiene el monopolio mundial de estos minerales críticos.

    Alrededor de 80% de la isla está cubierta por una gruesa capa de hielo, pero el hielo está retrocediendo como consecuencia del cambio climático, lo que hace que los yacimientos sean más accesibles. Sin embargo, el gobierno de Groenlandia ha bloqueado hasta ahora la explotación minera por motivos medioambientales.

    El aumento de las temperaturas y el retroceso del hielo significan que los barcos también pueden navegar más fácilmente por las aguas que rodean Groenlandia, lo que hace que el viaje entre Europa y Asia sea mucho más corto que a través del canal de Suez.

    Lo que se aplica a los buques mercantes también se aplica a los buques de guerra y submarinos nucleares rusos. En medio de un momento en que tanto Rusia como China intentan ampliar su influencia en el Ártico.

    Tropas estadounidenses estacionadas en Groenlandia

    Estados Unidos está presente en Groenlandia desde hace muchas décadas. Cuando la Alemania nazi ocupó Dinamarca en 1940, tropas estadounidenses desembarcaron en la entonces colonia danesa para impedir una invasión alemana.

    El presidente estadounidense Harry Truman ofreció comprar Groenlandia por 100 millones de dólares en oro en 1946. Dinamarca se negó, pero unos años más tarde aceptó la presencia militar estadounidense permanente, que pasó a formar parte de la estrategia de defensa de la OTAN durante la Guerra Fría.

    La base militar, ahora llamada Base Espacial de Pituffik, se ha ampliado considerablemente y cuenta con un sistema de alerta temprana de misiles, ya que la ruta más corta de Europa a Norteamérica pasa por Groenlandia.

    ¿Por qué pagar por lo que ya se tiene?

    Comprar la isla es menos descabellado de lo que parece. Ha habido muchos ejemplos similares en el pasado. En el siglo XIX, Estados Unidos compró Florida a España, Luisiana a Francia y Alaska a Rusia. La propia Dinamarca vendió su parte de las Islas Vírgenes, en el Caribe, a Estados Unidos por 25 millones de dólares en 1917.

    Sin embargo, el primer ministro de Groenlandia ha rechazado la idea en repetidas ocasiones: «Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca lo estaremos».

    Por el momento, sin embargo, Groenlandia no puede decidirlo por sí sola, afirma Ulrik Pram Gad. «Técnicamente, si Groenlandia se declara independiente, puede hacer lo que quiera con su independencia» y unirse a Estados Unidos, por ejemplo. Sin embargo, añade que la idea de adquirir la soberanía y luego venderla les parecería ridícula a los groenlandeses.

    No obstante, dijo que era concebible que Estados Unidos ofreciera pagar a Groenlandia subsidios mayores que a Dinamarca a cambio de acuerdos de seguridad. «Pero es muy difícil imaginar a Trump, el negociador, pagando tanto dinero por algo que ya tiene, en el sentido de que desde 1951 Estados Unidos tiene un acuerdo con Dinamarca, cofirmado en 2004 por Groenlandia, por el que Estados Unidos tiene básicamente soberanía militar sobre Groenlandia».

    Trump ya consiguió algo

    Si el principal objetivo de Donald Trump era conseguir que Dinamarca prestara más atención a la seguridad en torno a Groenlandia, podría decirse que ya logró parcialmente su objetivo: Dinamarca anunció un gasto militar adicional de unos 1.500 millones de euros para el Ártico.

    Aunque esto ya estaba previsto, se anunció apenas unas horas después de la amenaza de Trump, que el ministro de Defensa danés calificó de «ironía del destino».

    Además, la reacción sorprendentemente complaciente del primer ministro danés indica que el gobierno de Dinamarca quiere evitar enfadar a la primera potencia de la OTAN.

    Trump también podría conseguir algo en la propia Groenlandia. Ulrik Pram Gad dice que podría obtener una garantía de seguridad más explícita de que, en caso de independencia, Groenlandia nunca abandonaría la OTAN ni trataría de obligar a Estados Unidos a renunciar a su base militar allí.

    Pero el politólogo danés sospecha que el asunto también revela algo sobre el futuro presidente estadounidense que va más allá de la cuestión groenlandesa: «Ese es el problema al que nos enfrentaremos todos durante los próximos cuatro años. Cada vez que Donald Trump diga algo, todos correremos como pollos sin cabeza intentando averiguar qué hay detrás. El caso es que quizá ni siquiera él lo sepa».

    (mn/rr)/DW Actualidad

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