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    23 de enero: Hace 65 años los militares derrocaron a Pérez Jiménez no el pueblo

    El 23 de enero de 1958 fue un hecho real, debido a las acciones llevadas a cabo por los militares en contra de Marcos Evangelistas Pérez Jiménez, presidente de Venezuela para ese momento.

    Wolfang Larrazabal, comandante general de la Armada y oficial de mayor antigüedad, formaba parte del grupo de militares con aspiraciones políticas para ocupar la silla de Miraflores.

    Las diferencias de Pérez Jiménez con los militares ya habían escalado mucha altura porque desde principios del mes de enero, e inclusive antes, en diciembre, habían ocurrido insurrecciones en muchos centros militares, que el gobierno había sofocado pero que habían dejado consecuencias.

    ¿Pero qué causó la caída de un gobierno que hasta hacía poco lucía consolidado, que tenía a la prensa silenciada y a sus principales oponentes en el exilio, en las cárceles, atemorizados o en los sepulcros?

    «Pérez Jiménez decidió saltarse su propia Constitución y en lugar de convocar elecciones presidenciales llamó a un plebiscito (celebrado el 15 de diciembre de 1957), donde se le preguntó al elector si quería prorrogarle su mandato por cinco años más», explicó José Alberto Olivar, miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela, según una nota de Juan Francisco Alonso en BBC Mundo.

    «Aquello provocó un quiebre en las Fuerzas Armadas, que era la institución que sostenía a su gobierno, porque truncó las aspiraciones de otros jefes militares que ansiaban ocupar posiciones más altas».

    «Los miembros del Estado Mayor le dijeron a Pérez Jiménez: ‘Usted debe irse, pero le daremos las condiciones para que se vaya'», le dijo a BBC Mundo Luis Buttó, profesor jubilado de Historia de la Universidad Simón Bolívar de Caracas.

    «La intención de quienes lo depusieron fue negociar con él su salida del país, porque si no, le hubieran hecho lo mismo que él le hizo al general Isaías Medina Angarita (en octubre de 1945), derrocarlo y detenerlo», agregó,

    «No hubo una huida furtiva ni un escape de película, todo fue parte de unos acuerdos dentro de la institución castrense para una transición ordenada, en términos militares», apuntó Olivar.

    Fechas personales

    Aprovecho la oportunidad para recordar que hace 65 años, mi padre, José Carrillo Romero, formó parte de los venezolanos que fueron liberados ese día cuando cayó el gobierno de Pérez Jiménez y coincidencialmente, el 23 de enero de 1983 falleció. De eso hace 42 años. Gracias a sus amigos y a la exalcaldesa Pastora Medina por el busto que se levantó en su honor en el principio del Paseo Rotario en Puerto Ordaz. Mi padre a quien llamaban «maestro» se ganó eso por su don de gente y su tolerancia política.

    CC

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