Carmen Carrillo
El gobierno venezolano le ha solicitado al de Donald Trump que por favor envíe a Juan Guaidó y compañía a Venezuela porque ellos quieren pedirle cuentas por el dinero mal gastado de la Usaid, de Citgo, de Monomeros y de todos los bienes de Venezuela en el exterior que fueron manejados por el gobierno interino entre 2019 hasta la fecha.
Ahora, es casi seguro que eso no va a pasar; no porque Donald Trump defienda el gobierno interino sino porque en Estados Unidos se pueden cometer algunos delitos y a lo mejor el largo brazo de la Ley no te alcanza.
Pero cuando se trata de los dineros de los ciudadanos la cosa cambia y eso es precisamente lo que ha ocurrido con el caso de la Usaid, que manejó miles de millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos.
La cosa no está fácil para Juan Guaidó y su gobierno interino, léase TSJ en el exilio así como su ristra de embajadores.
Se salvarán algunos, por ejemplo la hija de Bernabé Gutiérrez, Guarekeka Gutiérrez, porque fue diplomática en Chile y hasta la sobrina de Paulina Gamus, porque lo fue en Argentina.
Pero no me atrevo a asegurar eso con certeza, debido a que Chile y Estados Unidos tienen algunos convenios que facilitan las extradiciones y en el caso de Argentina, Javier Milei es ahora el presidente del Estado número 52 de la Unión; el 51 es Puerto Rico.
Pero los residenciados en los Estados Unidos no. Esos deben tener problemas para dormir porque no saben en qué momento les llegue el “tun tun” pero gringo.
¿Pero qué es la Usaid?
USAID es la agencia del gobierno encargada de proveer y organizar la cooperación internacional estadounidense, dice una nota que pública BBC Mundo.
Creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy para centralizar la ayuda internacional estadounidense, que en esa época se llamaba Alianza para el Progreso, es una de las agencias de ayuda bilateral más grandes del mundo y trabaja en más de 100 países para promover el crecimiento económico, la democracia, los derechos humanos y la salud global.
El Congreso establece los fondos que recibe cada año, con los que provee ayuda económica y al desarrollo en otros países, principalmente mediante la entrega de fondos a Organizaciones No Gubernamentales, organizaciones internacionales y organismos oficiales de los países en los que actúa.
Según las cifras oficiales, en el año fiscal de 2023 manejó más de US$40.000 millones destinados a más de un centenar de países.
Entre los principales destinatarios estuvieron Ucrania, Etiopía, Jordania, la República Democrática del Congo y Somalia.
De acuerdo al Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos, más de 10.000 personas trabajan para la agencia, dos tercios desde el extranjero, donde lleva a cabo proyectos como la ayuda alimentaria a regiones golpeadas por la hambruna en Sudán, el suministro de libros de texto para niños desplazados por la guerra en Ucrania, o la formación de trabajadores sanitarios en Ruanda.
Entre otros servicios prestados por la ayuda estadounidense está la retirada de minas y la contención del virus del ébola en el continente africano o la colocación de prótesis a los mutilados por la guerra en Ucrania.
Su actuación abarca también el ámbito político, en el que dice trabajar por el fortalecimiento de las instituciones democráticas; el económico, con la promoción del crecimiento y la actividad; y el sanitario, con programas para combatir enfermedades como el sida y la malaria.
Ayuda humanitaria
La ayuda humanitaria se ha convertido en el nuevo negocio en el mundo. Así como antes lo eran los Estudios de Impacto Ambiental, ahora son las ONG’s y los recursos que manejan para ayudar a las mujeres de Afganistán; o a la infancia en Sudán, generalmente zonas donde nadie va, o puede llegar, porque están en guerra permanente, por lo tanto es difícil de comprobar.

Pero bueno, la idea es ayudar a otros. O por lo menos debemos creerlo.
En el caso de Venezuela esa “Ayuda Humanitaria” era para ayudar a los 8 millones de venezolanos que migraron debido a las malas condiciones económicas del país, por razones políticas o por seguridad.
Sólo que apenas 370 personas recibieron esos beneficios, es decir toda la estructura del gobierno interino, familiares, amigos y empresas de maletín necesarias para la distribución de los recursos.
Guaidó desarrolló un solo programa de ayuda: El bono de 100 dólares para los médicos que no pasó de ser un anuncio y de llegar sólo a los panas panas de esa especie de Ku Ku klan que es el grupito de Guaidó, su mentor Leopoldo López y el genio de las finanzas de Julio Borges.
El resto del dinero ha servido para que ese grupo y sus más allegados vivan como venezolanos que hacen turismo en el exterior, no como migrantes, aunque sí presentan todos los años cifras de más y más personas que salen de Venezuela para recibir unos 60 dólares por cada migrante.
Los otros beneficiarios de esos recursos han sido los amigos de los medios de comunicación social, en web y en físico. Ese es el “ejército de lucha” de nuestra “gloriosa oposición”. Y los infuencers.
En cada estado de Venezuela algunos medios tienen ese financiamiento, cosa que alegra porque hay mucho periodista pasando aceite debido a que el gobierno decidió acabar con la pauta publicitaria, privada y del Estado y por lo menos eso evita más desempleo.
El detalle es que esos medios y sus periodistas se comportan como si fueran superiores, cuando en verdad ellos están incurriendo en un delito: disfrutan de los recursos de los contribuyentes norteamericanos y no precisamente para una Ayuda Humanitaria.
Pero bueno podemos mencionar algunos como VPI en Miami; El Estímulo; El Pitazo; La Patilla; El Correo del Caroní, entre otros.
A mí personalmente me alegra mucho que esos medios de comunicación tengan esos recursos aunque lo que publican no tenga mucha credibilidad porque al igual que los medios que maneja el gobierno sirven a un amo que les toca la música que deben bailar.
Trump, Musk y Rubio
Los medios estadounidenses informaron que el director de la Usaid, Matt Hopson, dimitió y que dos responsables de seguridad fueron apartados después de que impidieran que funcionarios del departamento que dirige Musk accedieran a una zona restringida de la sede de la agencia donde se almacena material clasificado, recoge BBC Mundo.
Varias informaciones en los medios locales indican que Usaid será reubicada bajo el paraguas del Departamento de Estado y sufrirá un notable recorte de personal y presupuesto.
Así pareció confirmarlo el secretario de Estado, Marco Rubio, que dijo a los periodistas que asumiría el cargo de director en funciones de la agencia.
Rubio criticó que la agencia haya funcionado «al margen de las directrices del gobierno», acusó a sus responsables de «insubordinación» y afirmó su continuidad pero bajo un mayor control.
«Hay muchas funciones de USAID que van a continuar. Van a ser parte de la política exterior estadounidense, pero tienen que estar alineadas con dicha política exterior del país», indicó el secretario Rubio.
Marco Rubio sabe sobre las funciones de la Usaid pues quienes han “recibido más ayuda humanitaria”, son los cubanos que huyen del gobierno de los Castros.
Rubio junto a Díaz Balart y Robert Menéndez, son descendientes de cubanos. Rubio es representante por Florida y Miami es la ciudad que alberga más cubano así que ya se ha puesto en práctica, eso de la Ayuda Humanitaria de la Usaid.
Rubio dijo que, cuando se complete la revisión de 90 días anunciada, el gasto de «cada dólar» debe estar justificado bajo la certeza de que hace a Estados Unidos más seguro y fuerte.
No está claro aún cuáles de todas las actividades de Usaid cabrán bajo ese criterio con Trump en la Casa Blanca, ni qué pasará con la cooperación de Estados Unidos ante el intento de Musk de recortar miles de millones de dólares de gasto público, señala el artículo de BBC Mundo.
¿Desaparecerá la Usaid?
Sin tener mucho conocimiento sobre este tema, más allá de lo que dicen los medios de comunicación social, a los que no hay que creerles mucho porque muchos fueron beneficiarios de esos programas de Ayuda Humanitaria, no está fácil que Trump y Elon Musk, acaben con la agencia.
De acuerdo al artículo de BBC Mundo, Usaid nace de una ley de 1961 que establecía la creación de una agencia gubernamental para administrar la ayuda exterior estadounidense y una ley de 1988 confirmó el estatus de la agencia, por lo que es discutible que Trump pueda simplemente disolverla firmando una orden ejecutiva.
Si tratara de hacerlo, esa decisión sería probablemente recurrida en los tribunales y probablemente también en el Congreso.
En tanto, los planes finales de Trump y su aliado Musk son aún una incógnita.
Está por ver si finalmente optan por la disolución de Usaid en la estructura del Departamento de Estado y si esa medida no es suspendida por los jueces, como ha ocurrido con otras de las adoptadas por el presidente de Estados Unidos.
Lo que sí es cierto es que por 90 días nadie va a dormir tranquilo. En Venezuela o en Estados Unidos porque es difícil que vayan a África o a Ucrania. Allí están en guerra.