La Policía Nacional del Perú (PNP) confirmó que María Andreina Farías Torres, la joven madre venezolana que fue atropellada y asesinada en el distrito de San Bartolo, fue víctima de abuso sexual antes de su muerte.
El caso, inicialmente reportado como un accidente de tránsito, ha sido esclarecido como un feminicidio con móvil de encubrimiento, según revelaron los resultados de la necropsia.
Durante una rueda de prensa recogida por el medio peruano RPP, el coronel Carlos Morales, jefe de la División de Homicidios de la Dirincri, informó que el protocolo de necropsia confirmó que la víctima fue abusada sexualmente dentro de su vivienda.
Las muestras genéticas extraídas del cuerpo están siendo confrontadas con el perfil de ADN de Rubén Darío Cueva Velásquez, uno de los técnicos de telefonía señalados como implicados en el crimen.
“Esto ya no es un accidente, sino un intento de encubrimiento de un delito sexual. Queda descartada cualquier otra hipótesis inicial”, precisó Morales, quien también informó que el segundo sospechoso, Jean Carlos Montero Huaylinos, estaría cercado por las autoridades en Huancayo.
En la vivienda de un familiar del prófugo se hallaron pertenencias que confirman su paso por la zona, incluyendo una mochila, tarjetas y un comprobante de gasolina.
Los hechos que condujeron al crimen
El asesinato de María Andreina Farías ocurrió el 13 de mayo, cuando los técnicos de la empresa PCTelecom ingresaron a su casa alrededor de las 11:00 a.m. para instalar un servicio de Internet. Según testigos y registros de cámaras de seguridad, los hombres permanecieron en el inmueble por casi 12 horas.
Cerca de las 10:30 p.m., Farías salió alterada del domicilio, increpó a los técnicos en plena vía pública y anunció su intención de denunciarlos.
En medio de la discusión, se interpuso frente a la miniván en la que se desplazaban los sujetos. Fue entonces cuando la arrollaron y la arrastraron varios metros, dejándola gravemente herida.
La joven permaneció tendida en el cruce de las avenidas Mario Moquizalla y María Parado de Bellido hasta las 11:20 p.m., cuando fue finalmente hallada sin vida.
Una vida truncada por la violencia
Farías migró a Perú en 2019 en busca de mejores oportunidades para ella y sus cinco hijos, quienes permanecen en Venezuela al cuidado de su madre.
La brutalidad de su muerte ha generado indignación entre ciudadanos peruanos y venezolanos, así como llamados urgentes a reforzar la protección de mujeres migrantes frente a la violencia de género.
Mientras Rubén Cueva permanece detenido y es interrogado por las autoridades, continúa la intensa búsqueda de Montero Huaylinos.
La Fiscalía de Lurín ha iniciado una investigación preliminar contra ambos sujetos, a quienes se les imputan delitos de violación sexual y homicidio calificado.
Organizaciones de derechos humanos han exigido justicia rápida y efectiva para evitar que el caso quede impune, y para garantizar que el sistema judicial no revictimice a quienes, como María Andreina, enfrentan situaciones de extrema vulnerabilidad.
El Cooperante