Nunca como ahora pareciera ser más seguro que Estados Unidos, si analiza seriamente la posibilidad de invadir Venezuela. Ha seguido una serie de pasos que permiten pensar en eso.
Funcionarios del gobierno de Donald Trump han dado declaraciones que van desde reiterar la calificación de país que propicia el envío de drogas a Estados Unidos, a través de una organización denominada el Cartel de los Soles que en asociación con el Cartel de Sinaloa, invade con drogas el país norteamericano para debilitarlo, hasta subirle el precio a la cabeza de Nicolás Maduro, de 15 millones a 50 millones, por dar su ubicación.
Mientras tanto la oposición radical, dicen, pero que a mi juicio es más bien floja y un poquito estúpida (para no ser tan ofensiva), ha pasado toda esta semana que concluye diseñando a través de sus “influencers” en el mundo, una campaña para configurar los detalles necesarios a fin de que no quede dudas que “ahora si llegarán los marines” a las tierras venezolanas.
Iván Simonovis, Carla Angola, Carlos Acosta, Patricia Poleo, Sebastiana Bárraez, Daniel Lara Farías, Roberto Carlos, entre otros, han expuesto todo un esquema donde al ser Nicolás Maduro el comandante en Jefe de las Fanb y al ser las Fanb, la sede del Cartel de los Soles, en conclusión Maduro es el jefe del Cartel, por lo tanto, se prepara la operación que permite cortar la cabeza del cartel, acabar con esa organización delictiva y salvar a Venezuela del mal.
O esta otra teoría; Venezuela es la sede donde Irán fabrica los drones del “mal” o esta otra; Venezuela permite la colocación de misiles hipersónicos rusos en territorio nacional que apuntan a Estados Unidos.
Pero no piense nadie que esas ideas se les han ocurrido a ellos, no, al parecer todo formaría parte de las declaraciones que ha ido rindiendo el militar Hugo (el Pollo) Carvajal ante las autoridades norteamericanas, a fin de lograr con eso, una reducción de su sentencia.
Yo no me atrevería a creer eso, porque se supone que sí en verdad Carvajal está hablando, esa información debe ser muy pero muy confidencial.
Pero bueno, quizás piensan los jefes de la operación en Estados Unidos, reeditar la experiencia de Grenada o la de Panamá, la primera en la década de los 80 y la segunda casi en los 90, mientras los jefes radicales buscan como contribuir con la “libertad” de Venezuela, sobre todo si son otros los que ponen el pellejo porque ellos necesitan su pellejo para regresar triunfantes al país y devolvernos a antes de 1999.
Debieron haber pensado en eso cuando salieron como gatas locas a apoyar a Hugo Chávez, en febrero de 1992 y después cuando el gobierno de Rafael Caldera no sólo los indultó sino que les dejó servida la mesa para el arribo al poder de Chávez y sus militares retardados, todos, por malos alumnos y peores oficiales.
Todo porque nuestra querida godarria o élite caraqueña pensó que manejaría a Chávez como no lo había podido hacer con los políticos que habían gobernado el país hasta ese entonces.
Lo que no sabían estos herederos de la monarquía española era que ya Chávez tenía su manejador: Fidel Castro, quien a través del militar de Barinas se desquitó de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, quienes nunca vieron con buenos ojos al “libertador” de Cuba, que salió de la dictadura de Fulgencio Baptista para pasar a la de los Castros que ya tiene más de 60 años. Al final el pueblo cubano sólo ha visto democracias cuando sale de la isla.
Así que si pensábamos que la vaina estaba mala, se puede poner peor. Venezuela podría ser el primer país de América Latina, que termine destruido, tipo Irak; Libia; Siria, por una invasión norteamericana.
Yo no sé sí los millones de uniformados con los que cuenta el gobierno chavista, entre milicianos, colectivos, paramilitares, guerrilleros colombianos, de las Farc, del ELN y de la Segunda Marquetalia, los vecinos jefes de comunas y del Clap y por supuesto las Fanb, estarán listos para enfrentar al ejército gringo.
Lo que sí es verdad que al frente de las fuerzas de liberación provenientes de Estados Unidos, no vendrán ni María Corina, ni Edmundo, ni Leopoldo, ni Julio, ni Guaidó y cualquiera de los integrantes de ese mando externo de oposición, y por supuesto tampoco alguno de sus influencers.
Lo que sí es seguro es que sí ocurre la invasión no quedará país, así que supongo que la estrategia de “tierra arrasada” habrá sido muy eficiente porque se habrá logrado salir de Nicolás y su gobierno, no importa si en el camino se llevaron al país. Al final la gente no importa. No importó antes de 1999, en estos últimos 25 años y en lo que falta.
Carmen Carrillo