En el Palacio de Justicia de Ciudad Guayana hay mucho hermetismo luego de los procedimientos realizados por funcionarios del Sebin, que implicó la detención de las autoridades del circuito judicial, del palacio de Justicia y de la Fiscalía Superior del estado Bolívar.
Aunque en estos momentos hay un receso judicial, correspondiente a las vacaciones de agosto, algunos despachos aun están operativos como los laborales y los de protección de niños, niñas y adolescentes así como los relacionados con violencia de género.
Los alguaciles, jueces y abogados así como funcionarios en general quedaron sorprendidos por la acción. Nadie se esperaba esto. Quedaron en cuatro bloques como diría un malandro.
Pero si un problema ha confrontado, siempre, la justicia en Ciudad Guayana, es precisamente la falta de justicia y más bien un exceso de actuación de lo que antes se llamaban tribus y que ahora se llama bandas.
Estas bandas o tribus, como prefieran llamarlas, por una «módica» suma en papeles con la cara de George Washington, actúan prontamente según sea necesario.
Esa fue una norma desde la época del gobernador Francisco Rangel Gómez quien manejó esa justicia a su antojo. Claro antes había una mente maestra, ahora sólo manda el billete, no hay más nada.
Y nuevamente los descubrieron. Así como ejercer el periodismo en el mundo es un peligro, ser juez en el Palacio de Justicia, de manera particular, en Ciudad Guayana (no puedo hablar por los otros), parece que también.
Claro, eso tiene su origen en la transitoriedad de los que ejercen como jueces y en los bajos sueldos, además, por supuesto, del carnet político.
En cuanto a la Fiscalía, eso es casi una norma, el desorden, el de siempre fallar a favor del que más paga, el de casarse o arrejuntarse fiscales con malandros, algo insólito por cierto, en fin, sobre todo desorden y falta de dignidad, malos sueldos y transitoriedad.
Lo de la transitoriedad es una decisión del gobierno; no se pueden dar el lujo que le pase a alguno de ellos, lo que le hicieron a CAP durante su segundo mandato, cuando la Fiscalía General de la república a cargo de Ramón Escovar Salon y el Tribunal Supremo de Justicia, bajo la dirección de Cecilia Sosa, se pusieron de acuerdo por instrucciones de la godarria caraqueña y sobre un invento, fueron contra la voluntad popular expresada en las urnas, bajo un supuesto de corrupción, que al final resultó falso.
El otro detalle es que el chavismo tiene tanta energía, que en estos momentos el ministro de Interior Justicia y Paz, Diosdado Cabello, lleva como casabe pa’ Soledad, (doblado y bajo el brazo), al Fiscal Tarek William Saab, quien ya ha mandado a prisión a más de 500 fiscales por acusaciones de corrupción pero que parece que todavía le faltan algunos.
Y eso es lo que Diosdado le pone frente a sus ojos a Tarek. Aunque, bueno, siendo mal pensado, se podría creer que el ministro simplemente está montado su tribu. Todo es posible en mi país.
Mientras eso pasa internamente, externamente, dos pilotos de más de 55 años se subieron a sus F-16 y fueron a darles unas vueltas a los portaaviones, a los marines, al submarino nuclear norteamericano que viene en «ruta» para invadir a Venezuela y sacar a patadas al gobierno del cartel de los Soles.
Pero como se demoran tanto, a juicio de la oposición chavista radical, ya se empieza a temer que se los haya «tragado» el triángulo de las Bermudas.
Lo que sí es verdad es que esos pilotos de esos F-16 son unos valientes o unos suicidas. Porque además son un par de viejitos como para estar en esos brincos.
Yo como venezolana los admiro, no quiero al chavismo ni al gobierno pero tampoco quiero una invasión y cualquier cosa que impida eso, está bien.
A los flojos de la oposición radical les recomiendo que hagan la tarea como es, no busquen la ruta corta, eso sirvió con CAP porque él vivía para la historia, o sea, ustedes no viven sino para sus intereses.
Carmen Carrillo
