Carmen Carrillo /Félix Rafael Requena
Este miércoles 10 de diciembre, día internacional de los Derechos Humanos, la gobernadora del estado Bolívar, Yulisbeth García, anunció la rescisión del contrato de recolección de basura y desechos sólidos que manejaba Fospuca en el municipio Caroní.
Lo hizo en su programa de TV y Radio, dentro de lo que ella denomina sus «Tubazos». Por supuesto el anuncio llenó de alegría a la comunidad porque ciertamente la ciudad ahora está más limpia desde que salió el alcalde de los zamuros, Tito Oviedo, quien fue el que firmó el contrato con Fospuca, pero la expresión más limpia es textual porque el ciudadano tenía que pagar tanto por recibir el servicio que quedaba «limpio».
Desde que Fospuca sentó sus reales en el municipio Caroní, fueron muchos los empresarios que vieron desaparecer sus negocios en las fauces de la Ley en connivencia con la justicia del Palacio de Justicia de Ciudad Guayana. Siempre, pero siempre ganaba Fospuca. Nadie se salvaba. Quien lo lograba era porque acudía a algún apoyo político o porque tenía la razón, (había pagado) y mostraba las pruebas.
En fin. El periodista Félix Rafael Requena Gutiérrez se trasladó a la sede de Fospuca en el centro comercial desde donde funciona y a la sede de la empresa en la zona industrial donde el turno de la mañana de los trabajadores de Fospuca se consiguieron con la noticia.

En la sede del centro comercial, llegó en el momento en el que el empleado cerraba las oficinas y luego en la sede de la empresa en la zona industrial vio como bajaban las santamarías y recogían los camiones.
Inmediatamente fueron desalojados y el turno de la tarde no pudo ingresar para hacer sus labores. Todos quedaron como «pajarito en rama», esperando una explicación.
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