La escalada bélica entre Israel e Irán alcanzó un nuevo punto crítico este domingo, cuando las Fuerzas de Defensa israelíes lanzaron una ofensiva ampliada que incluyó bombardeos directos sobre el Ministerio de Defensa iraní en Teherán, así como instalaciones energéticas clave, entre ellas una planta de procesamiento de gas natural.
En paralelo, Irán respondió con una nueva oleada de misiles que provocó la muerte de al menos cuatro personas en el norte de Israel, reportó Associated Press.
Los ataques ocurren apenas dos días después de que Israel iniciara una operación sorpresa contra el programa nuclear iraní.
Según voceros militares, más de 400 objetivos vinculados a misiles y capacidades nucleares fueron atacados en varias ciudades, incluyendo al menos 40 en la capital iraní. Imágenes satelitales mostraron daños considerables en las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán.
La televisión estatal iraní reportó explosiones en múltiples zonas de Teherán, mientras el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmaba que «Teherán está ardiendo».
A su vez, Irán confirmó que su sede ministerial había sido blanco de los bombardeos y admitió la destrucción parcial de centros de enriquecimiento de uranio.
La Agencia Internacional de Energía Atómica indicó que cuatro edificios clave resultaron afectados, aunque sin riesgos inmediatos de radiación.
Israel sostiene que sus ataques han resultado en la muerte de altos mandos militares iraníes y científicos clave en el programa atómico.
Entre los fallecidos estarían tres figuras de alto perfil: el jefe de las Fuerzas Armadas, el líder de la Guardia Revolucionaria y el comandante del programa aeroespacial del régimen. Irán, por su parte, ha confirmado al menos 78 muertos y más de 320 heridos hasta el momento.
Suspendieron conversaciones entre Irán y EE. UU.
La situación también tuvo un impacto inmediato en la diplomacia. Las conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos, previstas para este domingo en Omán, fueron canceladas.
Teherán calificó los ataques como una agresión respaldada por Washington, mientras la Casa Blanca negó participación directa. El presidente Donald Trump instó a Irán a volver a la mesa de negociación “antes de que no quede nada”.
Entretanto, los sistemas de defensa de EE. UU. desplegados en la región ayudaron a interceptar varios misiles iraníes, y el aeropuerto internacional Ben Gurión en Israel permanece cerrado.
El país también informó que sus cazas operaron libremente sobre el espacio aéreo iraní, alcanzando incluso sitios fuertemente custodiados como el campo gasífero de South Pars.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. China calificó los bombardeos contra instalaciones nucleares como un “precedente peligroso”, y diversos líderes mundiales llamaron a la desescalada para evitar una guerra regional a gran escala.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, ambas naciones parecen decididas a continuar con la confrontación, mientras crece la preocupación por el impacto humanitario y geopolítico de este nuevo capítulo en el conflicto de Medio Oriente.
El Cooperante