La frase clave “explosivo en sede militar” marca el inicio de un hecho que estremeció a Maracaibo el jueves 9 de octubre.
En medio de la noche, una granada impactó la fachada de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), ubicada en La Limpia.
Como resultado, la comunidad vivió momentos de angustia, aunque no se reportaron heridos. Además, el estruendo reactivó las alertas de seguridad en la zona.
Según fuentes cercanas al caso, antisociales arrojaron el artefacto desde la vía pública. Por consiguiente, el ataque dañó la estructura frontal del comando militar, sin dejar víctimas.
Este “explosivo en sede militar” expone la vulnerabilidad de instalaciones estratégicas y genera preocupación entre las autoridades.
Acto seguido, efectivos de diversos cuerpos policiales y militares acudieron al lugar.
Mientras tanto, la escena fue acordonada y los expertos iniciaron las investigaciones. Finalmente, detectives de la Policía Científica asumieron el caso y comenzaron a recolectar evidencias para identificar a los responsables.
En este contexto, “explosivo en sede militar” se convierte en un foco de análisis para los organismos de inteligencia.
Por otro lado, vecinos de La Limpia expresaron su inquietud ante lo ocurrido. Muchos temen que este tipo de acciones se repitan, afectando la tranquilidad del sector.
A pesar de que no hubo víctimas, el evento dejó una huella emocional difícil de borrar. De hecho, la frase clave “explosivo en sede militar” se repite en conversaciones, redes sociales y medios locales, reflejando el impacto del suceso.
En definitiva, este ataque representa un desafío para las autoridades. Por ello, la seguridad de las sedes militares exige refuerzos, especialmente en zonas urbanas. Explosivo no solo describe un hecho, sino que plantea una interrogante sobre el futuro de la seguridad institucional en Venezuela.
Con información de NAD/RDN
