Laura Febres (Pasante de Comunicación Social)
Cada 28 de octubre, Venezuela se une para celebrar el Día del Ingeniero, una fecha de profunda significancia histórica.
Esta fecha de festejo se remonta a 1861, día en que se materializó la instalación del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), un organismo que desde su origen ha sido un pilar en el ordenamiento y desarrollo de la nación.
La ingeniería, en sus múltiples ramas (civil, eléctrica, industrial, de telecomunicaciones, mecánica, química, hidráulica, etc.), es el arte de aplicar la ciencia y la tecnología para resolver problemas concretos y mejorar la vida cotidiana
Los ingenieros son los profesionales que conciben y ejecutan la infraestructura vital: desde las redes de saneamiento y energía hasta los sistemas de comunicación y las edificaciones que dan forma a nuestras ciudades Su labor es esencial para la funcionalidad, la competitividad y el progreso del país, actuando como un verdadero motor del desarrollo socioeconómico.
En un contexto de desafíos, su capacidad para innovar y optimizar recursos se convierte en una herramienta crucial para la recuperación y la resiliencia nacional
El compromiso del ingeniero trasciende la mera aplicación de fórmulas. Como destaca la ingeniera Laurimar Febres, la profesión exige una fuerte dosis de ética y sensibilidad:
»El ingeniero es, fundamentalmente, un solucionador de problemas, pero su verdadero impacto reside en la ética y la visión social. No solo construimos infraestructuras o códigos; construimos oportunidades y bienestar. Nuestra técnica debe ir acompañada de la sensibilidad para entender las necesidades humanas y del entorno, garantizando un impacto positivo y duradero en la sociedad».
Su labor va más allá del cálculo y la fórmula; implica una gran responsabilidad ética, buscando siempre la innovación y la eficiencia para mejorar la calidad de vida de las personas y garantizar la sostenibilidad del desarrollo.
De esta manera, la celebración del Día del Ingeniero es un recordatorio de que detrás de cada obra monumental o cada avance tecnológico, existe un profesional que aplica su ingenio con la meta final de servir y mejorar la vida de sus conciudadanos. Es un llamado a valorar el equilibrio entre la precisión científica y el compromiso humano que define la ingeniería.



