Solo en Estados Unidos, el 12 % de la población ha afirmado haber utilizado medicamentos inyectables para adelgazar, como Wegovy/Ozempic, Zepbound y Saxenda, durante el último año. Eso supone más del doble de la cifra registrada a principios de 2024.
En los países europeos, la demanda también está aumentando: en el Reino Unido, por ejemplo, una encuesta reveló que el 21 % de la población había acudido a una farmacia en línea o física durante el último año para adquirir medicamentos para adelgazar.
Los alemanes también se han mostrado muy interesados en adoptar estos medicamentos, incluso si tienen que pagarlos de su propio bolsillo porque no los cubre el seguro médico, según un informe de la agencia de noticias Reuters.
En medio de esta creciente demanda, existe una «amenaza cada vez mayor de que se anuncien y vendan medicamentos ilegales en línea», advirtió la Agencia Europea de Medicamentos en septiembre de 2025.
Entre ellos, se encuentran versiones falsificadas de un medicamento llamado retatrutida, que aún se encuentra en fase de ensayos clínicos y, por lo tanto, no está aprobado para su uso en humanos.
Otros incluyen una sustancia llamada sibutramina, que ha sido prohibida en algunos países.
Interpol (la Organización Internacional de Policía Criminal) advierte que los medicamentos para adelgazar representan una parte cada vez mayor de los medicamentos falsificados y no autorizados interceptados en todo el mundo.
En octubre de 2025, las autoridades del Reino Unido informaron de la mayor incautación de medicamentos para adelgazar traficados jamás registrada.
Con un valor de un cuarto de millón de libras, incluía miles de plumas inyectables que contenían retatrutida.
¿Por qué se falsifican los medicamentos para adelgazar?
Hay varios factores que parecen estar contribuyendo al aumento de los medicamentos falsificados para adelgazar, pero el primero es que los medicamentos legales se promocionan como muy eficaces y la demanda ha crecido más rápido que la oferta.
El uso por parte de famosos y la promoción por parte de influencers de salud y ejercicios físicos en las redes sociales también han contribuido a normalizar su uso para perder peso.
«Hay tanto bombo publicitario que el público en general ve este medicamento más como un producto de estilo de vida o de vanidad que como un fármaco altamente regulado que se utiliza para el tratamiento clínico de la diabetes y la obesidad», explica Oksana Pyzik, profesora asociada de Farmacia en el University College de Londres.
Estos fármacos se desarrollaron originalmente para tratar la diabetes tipo 2, pero ahora también se utilizan para tratar la obesidad.
Aunque tienen diferentes nombres comerciales y diversos principios activos, todos se conocen como agonistas del receptor GLP-1.
Los fármacos aprobados más comunes son: Wegovy/Ozempic (semaglutida)*, Zepbound (tirzepatida) ―comercializado como Mounjaro en el Reino Unido y la UE―, y Saxenda (liraglutida).
Los agonistas del receptor GLP-1 imitan las hormonas naturales que suprimen el apetito y ralentizan la digestión.
Solo se pueden dispensar de forma legal y segura con receta médica a personas con un índice de masa corporal superior a un umbral determinado. Pero también pueden ser muy caros.
Los precios oficiales de los medicamentos GLP-1 son especialmente elevados en Estados Unidos, donde el coste de un tratamiento mensual supera los 1.000 dólares para las personas que no disponen de seguro ni descuentos.
En Europa, son considerablemente más baratos, aunque siguen siendo caros.
«La escasez de suministro, la alta demanda y el elevado precio [están creando una] tormenta perfecta hacia la que se orientarán los grupos delictivos organizados», afirma Pyzik, que también trabaja como activista para una organización sin ánimo de lucro llamada Fight the Fakes Alliance.
Peligros de comprar medicamentos para adelgazar por Internet
La compra de medicamentos a vendedores no regulados conlleva una serie de riesgos, desde productos que no tienen ningún efecto hasta otros que están contaminados con ingredientes potencialmente peligrosos o agujas sucias, pasando por dosis incorrectas.
Los errores de dosificación pueden agravar los efectos secundarios más comunes de los medicamentos GLP-1, como náuseas, vómitos y diarrea.
En el Reino Unido, por ejemplo, una mujer murió tras recibir inyecciones de semaglutida que le vendieron como Mounjaro (tirzepatida) en un salón de belleza.
Incidentes como este deben darse a conocer mejor para crear conciencia, dice Shabbir Safdar, director ejecutivo de Partnership for Safe Medicines.
«Se necesita un enfoque a largo plazo para compartir las consecuencias de un mal juicio y lograr que la gente aprenda poco a poco», sugiere Safdar.
Las redes sociales impulsan el auge de los medicamentos falsos
Es muy fácil encontrar sitios web y redes sociales, como TikTok, Facebook y Telegram, que ofrecen medicamentos para adelgazar sin receta médica.
«Es necesario trabajar mucho más en materia de confianza y seguridad para localizar de forma proactiva a los vendedores de medicamentos ilegales en las redes sociales y sancionarlos», concluye Safdar.
*Aunque Wegovy y Ozempic son esencialmente el mismo medicamento, Wegovy es su nombre comercial cuando se vende como medicamento para bajar de peso, y Ozempic es su nombre comercial cuando se vende como tratamiento para la diabetes.
DW Actualidad
