A través de las redes sociales se conoció que una mujer se encadenó a la reja del palacio de gobierno, Casa Rosada, en Buenos Aires, la noche del lunes para martes.
Valentina Ortiz de Retes a través de su usuario en X @entropiadevalen, dijo que Andrea Fernanda Saavedra no se encadenó por capricho.
“Se encadenó porque estamos rodeados de un sistema que destroza la vida de hombres inocentes y que calla a quienes nos atrevemos a alzar la voz”.
La mujer se vino desde Córdoba hasta la Casa Rosada, Andrea exige justicia para su esposo, Guillermo Baigorri, un ex médico inspector condenado tras un juicio exprés, a partir de denuncias armadas después de que se atreviera a exponer diversas formas de corrupción durante la pandemia.
Andrea –dice Valentina Ortiz de Retes- pasó la noche encadenada frente a la Casa Rosada, a 8 grados, sola, firme, “con el frío en la piel pero el fuego de la verdad en el pecho, por lo que ella misma describe como una situación de tortura seguida de muerte”.
La situación de Guillermo es crítica fue golpeado brutalmente en prisión, aislado, privado de visitas bajo pretextos absurdos, y operado a corazón abierto sin recibir los cuidados básicos posteriores que cualquier ser humano debería tener garantizados. Su vida sigue estando en riesgo, explica la historia en las redes sociales.
Su lucha no está siendo en vano: hoy fue trasladada al Ministerio de Justicia y está a la espera de ser recibida por el ministro Mariano Cúneo Libarona, dice.
Mientras escribo esto, Andrea sigue ahí, paciente pero firme, representando a todos los que no tienen voz, advierte.
“Andrea hoy representa a miles de familias arrasadas por la industria de la falsa denuncia. Representa a esos hombres que nadie defiende. Y representa también la obligación moral que tenemos las mujeres de no ser verdugos silenciosos. Esto nos interpela a todos. No más silencio. No más complicidad. Justicia para Guillermo”.
